Tras el recorrido por el espacio de la planta principal, una escalinata pintada íntegramente de negro conduce a la tercera planta de la casa de Abigail Ahern, donde se encuentran las zonas privadas: estudio y dormitorio.
Sorprende que el techo del estudio sea blanco. Abigail lo justifica diciendo que todo el mundo comete errores alguna vez y promete pintarlo en cuanto le sea posible. En imágenes tomadas con posterioridad se aprecia que efectivamente cumplió su promesa.
En esta imagen se aprecia bien la diferencia entre el techo blanco del estudio y el techo gris de la sala contigua. Definitivamente el techo blanco genera demasiado contraste y no funciona. En cambio, al unificarlo con el tono gris de las paredes se consigue una caja amplificadora del espacio. La técnica de trabajo para pintar en un color único consiste en utilizar la misma tonalidad para paredes, techo, zócalos, puertas e incluso suelo. De esta manera, al eliminar los límites que generan los cambios de color, el ojo se confunde, lo percibe todo como un espacio más grande y los objetos quedan mejor realzados.
Cualquiera de estas teatrales lámparas luce mucho mejor bajo un techo negro y ve potenciado su efecto dramático. La de la derecha está confeccionada con teselas de porcelana laminada en tela de muselina y la del baño en alambre lacado en blanco. Todas disponibles en la shop online de Abigail Ahern.
Un detalle importante, un espejo siempre debe reflejar algo interesante, como en este caso: una librería.
Las texturas son otro elemento clave en el desarrollo de un ambiente. Incorporar texturas mediante alfombras, cojines, pieles, madera y cualquier material táctil invitará a permanecer en el sitio horas y horas. El cabezal de la cama está forrado con traviesas de tren recuperadas.
imágenes: apartmenttherapy | interiorator | theselby