El pasado 2 de junio, Vinçon comunicaba en su web,
hoy una página en blanco, el cierre definitivo de sus puertas en el número 96 de Paseo de
Gracia.
Un local emblemático, parte de la cultura de Barcelona se esfuma tras 74 años de historia que
tuvieron su inicio en 1941, cuando Enrique
Levi y Hugo Vinçon, un judío y un alemán, fundaron la primera tienda en Paseo
de Gracia: Regalos Hugo Vinçon.
La tienda se
ubicó en la Casa Casas-Carbó, un edificio residencial modernista proyectado en 1894 por
Antoni Rovira i Rabassa bajo encargo
del pintor Ramon Casas. La primera planta, en la que vivieron el pintor y
Santiago Rusiñol, ha sido en los últimos años el fantástico escenario donde el
mobiliario de diseño contemporáneo ha convivido con muchos de los elementos constructivos y
decorativos originales: techos artesonados, arcos, columnas salomónicas,
escaleras, galerías, así como la impresionante chimenea de Josep Pascó, la
decoración cerámica de Josep Orriols y la forja de los hermanos Flinch.
En 1957 la familia Amat adquirió la empresa a la que ya
se había incorporado una nueva generación: Juan y Fernando Amat. Las décadas de
los 50 y los 60 fueron tiempos difíciles, se intentaron varias fórmulas para
renovar la imagen de la tienda, sin éxito. Hasta que en 1967 los Amat
arriesgaron y con un enfoque rupturista apostaron por la incipiente industria
de objetos de diseño contemporáneo para el hogar, generando una demanda que aún
no existía.
Los años siguientes sirvieron para desarrollar una singular marca, mediante el compromiso con el buen diseño. En 1972 América Sánchez creó el rotundo
logotipo que ha permanecido inalterable a lo largo de todo este tiempo y en el
75 diseñó la colección Time Vinçon, cuyo calendario se convirtió
en otro de los signos de identidad de la marca. Y la historia avanzó viéndose
reflejada en su colección de icónicas bolsas de papel firmadas por diseñadores
como George Hardie, Pati Núñez, Mariscal, Juli Capella y Bárbara
Kruger. Todo un fenómeno que años más tarde (1983) fue reconocido con el trofeo
Laus a la buena labor gráfica.
Los
escaparates se convirtieron en otro distintivo de la marca, un poco de poesía
en el ámbito comercial, “un regalo continuo que Vinçon hace a los transeúntes”.
En 1973 se inauguró el espacio La Sala Vinçon con una exposición de Bigas Luna
y una provocadora intervención del grupo Els Comediants.
A partir de los 80, la tercera generación Amat se
incorporó plenamente a la organización. En los 90 la tienda vivió una especie
de redescubrimiento por parte del público local y los JJOO del 92 contribuyeron
a su amplia proyección internacional. Fue un
década acompañada de numerosos premios y reconocimientos : Premio Nacional de
Diseño (1995), Premio a la mejor tienda de Barcelona (1999), etc.. En 1997 se
inauguró tienda en Madrid, en una antigua fábrica restaurada del barrio de
Salamanca pero lamentablemente no conecto con el público y en 2010 se despidió.
En Junio de 2015 se despide Vinçon Barcelona, el de paseo de gracia, el de toda la vida, pero … ¿ de verdad no volverá?
En Junio de 2015 se despide Vinçon Barcelona, el de paseo de gracia, el de toda la vida, pero … ¿ de verdad no volverá?