Entre
1853 y 1870 el Barón Haussman, bajo el gobierno de Napoleón Bonaparte, dirigió
una de las reestructuraciones urbanísticas más importantes de la historia de
Europa, transformando radicalmente la ciudad de París y otorgándole el aspecto
señorial y aburguesado que caracteriza su actual paisaje urbano.
Las
condiciones de las ciudades a principios del S.XIX no eran las adecuadas para
el desarrollo económico que se empezaba a producir: por su insalubridad, porque
la mezcla de clases sociales no satisfacía los intereses de la burguesía y por la
inexistencia de vías que facilitasen las comunicaciones y la incorporación de
nuevos medios de transporte. Todo ello dio lugar al nacimiento de planes de
remodelación urbanística que en el caso de París, unido a la voluntad del
emperador de convertir la ciudad en el centro del mundo para desplazar la
hegemonía de Londres, se tradujo en un gigantesco proyecto. Los antiguos barrios medievales de la ciudad se
pulverizaron para dar paso a la construcción de grandes avenidas ajardinadas
(boulevares), las doce calles radiales que emergen del Arco del Triunfo uniendo
los puntos neurálgicos de la ciudad, redes de infraestructuras, amplias zonas
verdes,iglesias, sinagogas, ayuntamientos, mercados,
colegios, estancias policiales y miles de nuevas viviendas.
Los monumentales
edificios Haussmannianos – actualmente el 60% de los edificios parisinos- se
convirtieron en la imagen icónica del París del segundo imperio, siéndolo aún a
día de hoy. Fueron piezas clave para dibujar la ciudad dual del Plan Haussman, bajo la estética noble que el emperador y la burguesía reclamaban para
esconder la pobreza y controlar los insurrectos. Se impusieron reglas arquitectónicas
muy precisas y una estricta normativa que confirió a las calles de París un
ritmo visual muy uniforme y homogéneo, casi militar.
Las fachadas
se diseñaron al estilo neoclasicista y tenían que ser obligatoriamente de
piedra con sillar. La altura de los edificios de una misma manzana tenía que
ser igual y proporcional al ancho de la calle -oscilando entre los 12 y 18
metros- y la cubierta del edificio con recubrimiento de zinc o plomo debía
terminar en un ángulo de 45º.
El número
de plantas estaba limitado a seis, con una sola vivienda por nivel, a excepción
del quinto, compartimentado en dos. La jerarquización social del edificio se
constataba tanto en la altura de los techos como en las rentas de alquiler que
iban descendiendo conforme se subía de planta.
La planta
baja -rez de chausée- se proyectó para
uso comercial (cafetería, panadería, etc.) y por lo general el primer piso –entresol- alojaba a los dueños del
negocio instalado. El 2º
piso -étage noble- estaba reservado a
las familias más ricas, especialmente antes de la aparición del primer ascensor
en 1870. Los techos tenían una altura superior al resto de pisos y los marcos
de las ventanas eran más ricos en ornamentación. En este nivel se encontraban
los balcones que por lo general se extendían de un extremo a otro de fachada, generando
un efecto de balcón continuo a lo largo de toda una avenida.
Los pisos
3º y 4º tenían una altura de techo inferior y solo ventanas, todas de idéntica
talla y con ornamentos más humildes. El 5º volvía a tener un balcón continuo de
extremo a extremo aunque más sencillo y con la única finalidad de equilibrar la
estética de la fachada y reforzar el efecto de uniformidad exterior.El 6º y último piso -chambre de bonne- estaba destinado al
servicio. Tenía el techo más bajo de todos y se compartimentaba en muchas pequeñas
habitaciones con un aseo común. El acceso era a través de una escalera de
servicio a la que solían dar las cocinas de los apartamentos del edificio.
El
plano interior típico de un apartamento Haussmann consta de una gran entrada –antichambre- , un largo pasillo que
distribuye las habitaciones a nivel de fachada, un salón y un comedor. Las
estancias húmedas dan a un patio interior, aunque en ocasiones no estaban ni
siquiera previstas, o al menos como las entendemos hoy, puesto que la higiene
no era necesidad primordial en la época.
Cuando
los apartamentos eran grandes se zonificaban en tres áreas : recepción,
servicio y zonas privadas, aunque no estaban claramente diferenciadas y
definidas. Esta división de espacios es uno de los valores más apreciados
actualmente puesto que permite mayor flexibilidad de distribución. Además las
estancias son más grandes, con enormes ventanales, techos altos, abundantes
elementos decorativos (molduras, rosetones, cornisas) y preciosas chimeneas
originales de mármol o talla de madera.
Imágenes : Pinterest | Talcik Demovicova