La paisajista y diseñadora de interiores Dorthe Kvist vive en esta casa de Dinamarca rodeada de elementos que han sido hechos por ella misma o por los miembros de su familia. Una mezcla de objetos de valor sentimental, como fotos o muebles heredados, piezas encontradas en mercadillos, cerámica moderna y algunos toques extravagantes. El resultado es un espacio de lo más acogedor y personal, con el buen sabor de la singularidad y dónde se respira el mismo placer que siente uno al hacer sus propios muebles y objetos.
Los sillones proceden de un mercadillo, se compraron a un precio irrisorio, se pintaron y retapizaron. Lo mismo que la mesa auxiliar del fondo, a la que se serraron las patas y se le pintó el sobre con el mismo negro de las butacas . El cuadro se adquirió en el mercado de Navidad organizado por el colegio de sus hijos.
En la sala de estar, un aparador danés de los años 60, la silla Miranda de
Bruno Mathsson, 1941 y un collage de obra gráfica con fotografías hechas por la propietaria, un relieve hecho por su sobrina y una par de trabajos de la pintora expresionista Anna Klindt Sørensen, La alfombra tipo bereber anudada a mano de The Rug Company. Floreros y jarrones de Ikea, Habitat y la tienda japonesa Taeko.
La cocina en blanco y roble, abierta al comedor, es de Kvik. Lámparas
industriales alemanas de los años 40, encontradas en un mercado de pulgas. La mesa de comedor y
el aparador blanco son de Lauritz.com, una casa de subastas on-line que opera en Escandinavia. Lámpara FL/Y Icon de Ferruccio Laviani para Kartell, en metracrilato transparente azul claro.
Un sencillo estante 100% DIY, hecho con una tabla de madera y correas de cuero.
Otro trabajo DIY, mueble bajo con tablones encontrados en un obra en construcción y patas encargadas a un herrero. El invernadero es de Ikea y la pantalla de la lámpara de Habitat sobre pie de Urban Outfitters.
La habitación amarilla, un espacio cálido de lectura y reflexión, donde la planta presentada a modo de escultura adquiere total protagonismo.
Despacho "total Ikea": las lámparas de techo - genialmente colgadas-, los caballetes, la alfombra, la luz de trabajo y la silla de despacho, todo del gigante sueco.
Un jarrón sesentero, comprado en un mercadillo, contiene ramas naturales envueltas con hilos de colores. Al fondo obra gráfica de AnneTholstrup.
El cabecero de la cama, otro fantástico ejemplo de DIY. Es una tabla de aglomerado unida a un colchón de espuma y forrada con seda tailandesa. El efecto capitoné se consigue clavando tachuelas recubiertas con botones forrados de la misma tela. Los pompones de papel son de Normann Copenhagen y las lámparas de noche de House Doctor.
Una espontánea combinación de colores que resulta casual y elegantísima: oro, rosa, lavanda, aguamarina y gris.
El baño minimalista y atrevido con mosaico de Bisazza. Una rama natural se convierte en barra para sostener las cortinas.
Otro DIY: la cómoda del recibidor es un mueble reciclado, pintado de blanco con unas bandas en naranja flúor que dan el punch justo y necesario para elevar la paleta de blancos y negros.
En la terraza estufa de hierro de Morso. Mesita auxiliar de Bolia.com y sillón de Ikea cubierto con pieles.
Reportaje de Bolig Magasinet visto en My Scandinavian Home
Foto: Martin Sølyst / erikbjorn.dk
