Jose Antonio Coderch y de
Sentmenat (1913-1984) es considerado como el arquitecto de la modernidad en la
España de posguerra. A pesar de su valioso legado arquitectónico, una de las
creaciones más conocidas de Coderch es la lámpara DISA, todo un icono del
diseño contemporáneo.
La lámpara DISA, 1957, se compone
de láminas de madera de pino que filtran y reflejan la luz en un tono anaranjado,
generando un ambiente cálido y confortable. Una luz ambiente que proporciona
intimidad, parecida a la del fuego de una chimenea, ideal para acompañar una larga
y tranquila charla. También existe en versión “congelada al punto de escarcha”
fabricada en plexiglás blanco.
Los archivos de Coderch revelan
las referencias que utilizó para dar forma a este objeto sutil : una tarjeta de
la casa Balenciaga con dibujos y notas de un traje de la marca, 3 fotos con
diseños de Balenciaga, trozos de papel con las anotaciones : farolillo chino,
puff tipo marroquí, como el turbante del rey Baltasar, iluminación de los
árboles de la plaza durante las fiestas de Espolla. Un universo de imágenes y
emociones que Coderch plasmo magistralmente en un objeto elegante y sutil.
Desde 2013 la lámpara DISA es reeditada por TUNDS
y se puede encontrar en diversas tiendas.
Coderch era un obstinado pensador
que quería resolver los espacios y también algunos objetos para mejorar la vida
de las personas. Trabajaba con materiales sencillos y tradicionales como el ladrillo, paredes
blancas y tejas; con las que creaba formas útiles,
simples, baratas, flexibles y pensadas para las personas. La chimenea de hierro
Capilla y la silla de madera y cuero Safari son otras de sus dos emblemáticas
creaciones.
Al acabar sus estudios en la Escuela
Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, Coderch estableció su despacho
en Barcelona junto con Manuel Valls. A pesar de estar inmejorablemente
relacionado, la burocracia y la corrupción del régimen de la época no encajaban
en su mentalidad de arquitecto obsesivamente honrado, por lo que nunca trabajo
en ningún proyecto público o encargo del gobierno. Se limitó a hacer viviendas
para la burguesía catalana en la zona alta de Barcelona o en la costa catalana (CasaUgalde en Caldetes, Casa Uriach en La Ametlla, Casa Catasús de Sitges).
Como
excepción, hizo algunos edificios de viviendas, como los de la calle Raset, Amigó, las cocheras de Sarrià y Juan Sebastián Bach, en el que se pueden admirar sus característicos cerramientos de Llambí. Edificios de oficinas como las Trade de Barcelona o el Banco Urquijo se suman a su legado que 50 años después sigue ofreciendo un aspecto de absoluta modernidad.
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