Sonrosados mofletes de bebés, colores brillantes y una atmósfera
hogareña. Carl Larsson (1853-1919, Suecia) es conocido y admirado por sus
magistrales acuarelas sobre la vida en familia en Lilla Hyttnäs, su cabaña en la
campiña sueca. Con la exposición The
Good Life, el museo danés Ordrupgaard
cuenta la historia de un pintor que mostró su casa a través de su arte y creó el
ideal de estilo de vida nórdico, que aún hoy sigue vigente: la buena vida
construida alrededor de la familia, el hogar, la naturaleza y la sencillez.
Carl Larsson y su esposa Karin Bergöö, también artista, convirtieron su
casa -regalo del padre de Karin- en una obra de arte. Equiparon Lilla Hyttnäs con un estilo sencillo,
informal y cómodo, firmemente opuesto al estilo victoriano de la época. En Hyttnäs
no había caros muebles de estilo ni oscuros papeles pintados o pesados
cortinajes y adornos. Solo se perseguía la luz, el aire y el confort. Llenaron
su casa con plantas de interior, coloridos textiles diseñados y confeccionados
por la propia Karin y muebles gustavianos, viejos y nuevos, hechos en casa. En
lugar de pesadas alfombras tapando los suelos, dejaron la madera a la vista
cubriendo solo algunas zonas con esteras de algodón. Un estilo muy personal que
revolucionó la forma de entender la decoración y llegó a tener un enorme
impacto en el interiorismo escandinavo del SXX.
Y más allá de un estilo decorativo, también crearon una nueva forma de entender la vida, alejada de las formalidades y restricciones imperantes. En sus acuarelas, Carl Larsson, reflejaba una vida familiar basada en la felicidad. Espacios en los que se vivía, donde permitía a sus ocho hijos divertirse y crecer. Un estilo de vida hecho de las alegrías y la belleza cotidiana –probablemente las que no tuvo durante su miserable infancia-.
Lilla Hyttnäs, se convirtió en caso de estudio para artistas y diseñadores
e incluso teóricos sociales, que vieron en aquél espacio, un microcosmos de la socialdemocracia y establecieron una evidente conexión entre la estética de la
familia Larsson y William Morris, propulsor del movimiento Arts&Crafts que
exponía una vuelta a la simplicidad, al handcraft y la belleza natural. Cualidades que definieron el carácter del diseño escandinavo del SXX y que hoy
siguen siendo profundamente influyentes.