La firma Marset reedita la lámpara diseñada por Lluís
Porqueras en 1979. Un diseño que como todos los de
Porqueras se caracteriza por la simplicidad, por eliminar lo superfluo hasta llegar a la confluencia entre la esencia del objeto y su funcionalidad.
El nombre de la lámpara se inspira
en la acción de subir y bajar del funicular. Un sencillo mecanismo de doble
pinza permite adaptar la lámpara a distintas alturas y la pantalla dotada de
una rotación de 360º permite dirigir la luz en función del momento y la necesidad. En negro, blanco, rojo, beige y
gris musgo y en versiones de pie, aplique y sobre mesa.