Una vivienda de 1920 convertida
en un viaje lleno de descubrimientos y sensaciones. Un espacio de 237 m2 en Estocolmo, donde probablemente la Alicia del país de las maravillas se sentiría a sus
anchas. Su propietaria, la
estilista Jennifer Jansch, cuenta que se enamora de diferentes objetos que va llevando a casa y poco
a poco encuentran su lugar. Compra cosas antiguas, en subastas,
mercados de segunda mano, ebay, tiendas online, etc..
Cuando Jennifer abordó la reforma de la vivienda, decidió sacar a relucir todas sus imperfecciones y mantener sus características originales. No quiso destruir una vieja historia cambiando su diseño. Uno de los mayores tesoros de la casa son las ventanas semicirculares con cuarterones que dan paso al sol dibujando increíbles formas en las paredes.
Cuando Jennifer abordó la reforma de la vivienda, decidió sacar a relucir todas sus imperfecciones y mantener sus características originales. No quiso destruir una vieja historia cambiando su diseño. Uno de los mayores tesoros de la casa son las ventanas semicirculares con cuarterones que dan paso al sol dibujando increíbles formas en las paredes.
Sofá modelo CARMO de Boconcept que mezcla tapicería textil y cuero. Mesa de centro comprada en un mercadillo y lámpara industrial en una tienda en cese. La alfombra proviene de una subasta. El cuadro es del artista Peter Beard.
La casa se puso en venta hace un par de años a través Sotheby's Realty, cuando Jennifer se trasladó con su familia al Upper East Side de NYC.
Imágenes:
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